Ella comulga
así…
Con la lengua
afuera y los labios entregados al lienzo,
camina con
el tiempo suelto
entre sus
cabellos
el aire,
extinta la
decorosidad de sus gobernantes.
Ella quiebra
la iniquidad,
no busca, hace
justicia.
Entorpece credos
de belicosos arrogantes,
camina descalza.
Ella colecciona
los dedos que la apuntan,
los lleva con
orgullo en su cuello,
sello de
tolerancia,
ella sabe ser
paciente,
su piel
tiene un sabor agridulce
de color
tornasolado.
Cuando ama
se erizan sus vellos
destilando licor
por sus poros
entregados a
la perpetuidad nocturna.
Su mirada
como la de los habitantes del mar
en lo profundo,
desconocido.
Ella sabe perpetuarse
en el recuerdo de los náufragos
que llegan a
su orilla,
deambula dormida
arrancando
el sueño de niñas inocentes,
adoptadas por
los antiguos amos,
los que
dicen que es un dulce y como se come.
Ella florece
cada vez que su alma grita,
lanza piedras,
que se
convierten en castillos
donde habito
ahora.
Roelbani.