Ahí están mis ojos tristes
sumergidos en tu oscuro caminar,
se pierde la voz
mientras anhela llegar
al oído confundido que te sostiene,
tantas dudas,
tantas respuestas...
Prefieres regalarle la ignorancia
a todas ellas,
mastique mi centro.
Conozco el sentimiento que me invade
lo repudio inteligentemente,
¿te amputaste los dedos
para negare tu voz?
no me molesta,
aquí la llevo conmigo
cuadrada,
brillante...
palabra,
ilumina mis pasos como lo sabes hacer,
guíame las manos a la calma,
recobra el susurro
de un cuarto vacío,
escríbelo en cama
y hazme dormir...
Roelbani.
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